lunes, 16 de febrero de 2009

lunes, 9 de febrero de 2009


La cultura de la complejidad

La nueva metáfora del universo permite verlo como un ser vivo y además como archipiélagos de orden en un mar de caos. Las certezas definitivas, el conocimiento absoluto y el progreso permanente se derrumban, y se crean nuevas formas de pensar, sentir y actuar.
La ciencia se piensa a sí misma, y las artes se proponen como modos de conocimiento. Con la aparición de la física relativista y la cuántica, se presenta una nueva concepción del observador y de la realidad. La diversidad, salto, co-evolución, organización compleja, y auto organización, son términos que han reemplazado la metáfora de la supervivencia de los más aptos.

Las ciencias de la complejidad implican nuevas formas de pensarnos a nosotros mismos, a la ciencia que producimos y al mundo que construimos. El hombre es el partícipe y creador del conocimiento, que resulta de la interacción global de sí mismo con el mundo al que pertenece. La interacción intelectual, sensorial y afectiva de los seres humanos con el mundo permite el nacimiento de nuestra cosmovisión, sistema de ideas y creencias. Cada sujeto es capaz de construir su realidad; según las ciencias de la complejidad, el mundo objetivo es una construcción imaginaria compartida.

Cada sujeto es una organización emergente de la interacción y no puede reducirse. Su totalidad es el conjunto de unidades heterogéneas, complejas, abiertas y en permanente intercambio, que no son independientes. En las interacciones; las propiedades de las cosas están entre ellas, no en ellas, es así, que estas interacciones no son, sino que devienen. La transformación de esta mirada, implica pasar de la búsqueda de certezas, a la aceptación de la incertidumbre; no solo del mundo sino de nosotros mismos.La pureza en un mundo de interacción no existe, es posible la presencia de diversas objetivaciones y pueden vivir simultáneamente.

La diversidad es la marca de la época.